La Vera, El Jerte y El Ambroz; reúne Palacios, Catedrales, Murallas, Iglesias. Capital medieval de la Alta Extremadura que no te puedes perder.
Para quien desconoce la urbe, una visita al viejo casco de Plasencia resulta reveladora para darse cuenta del poderío que antaño tuvo la ciudad.
Muchas edificaciones palaciegas de Plasencia revelan el poder nobiliario y señorial que hubo en la ciudad. Palacios, murallas e iglesias revelan al viajero que Plasencia es un centro donde el poder señorial y religioso rivalizó en la construcción de nobles edificios que aún hoy destacan en los rincones de la ciudad.
Resulta especialmente atractivo el edificio en el que se funden las dos catedrales, la vieja, románica, y la nueva, de notables trazas platerescas; en medio de un entorno con nobles palacios. Robustas murallas rodeaban en el pasado la ciudad de Plasencia, protegiéndola de sus posibles enemigos. Las murallas que encierran la vieja ciudad datan de1197, pero sólo sobreviven 21 de las 71 torres iniciales, algunas confundidas en el entramado urbano. De las ocho puertas quedan cuatro en pie, la más airosa la Puerta del Sol; la de Berrozanas, ésta con un escudo de los Reyes católicos; la de Coria y el postigo de Santa María. La gran riqueza artística y cultural de Plasencia, acumulada tras siete siglos, se ha recogido en los tres museos situados en el casco antiguo de la ciudad.
En la Catedral Vieja, se encuentra el Museo Catedralicio, que fue inaugurado por el Obispo Monseñor Zarranz y Pueyo en el año 1948. En su interior se conservan valiosas piezas de platería, como cálices de distintas épocas, juegos de bandejas y sacras, una custodia de plata del siglo XV; una cruz procesional gótica y un crucifijo de marfil del siglo XIX. Destaca especialmente una Biblia gótica, con preciosas miniaturas. En pintura, no podemos dejar de mencionar un cuadro del Divino Morales que representa a Jesús atado a la columna y En las proximidades de éste, en el que fuera Hospital de Santa María, hoy Complejo Cultural del mismo nombre, se encuentra el Museo Etnográfico y Textil Provincial Pérez Enciso. Su construcción comienza en el siglo XIV y siendo terminada en el siglo XVIII, pasando por varias manos hasta llegar hacia mediados del XIX, a la Diputación Provincial. Es este organismo el que en 1984 emprende una nueva rehabilitación del edificio con fines culturales.
El fondo fundamental del museo lo componen en su mayoría productos populares cacereños, que pretender contribuir a la conservación cultural y artística de la Región. En su interior se disponen cuatro salas , donde se exponen, desde los útiles dedicados a la manufactura de la lana y la cerámica, pasando por la indumentaria típica de algunos pueblos cacereños - Montehermoso, Torrejoncillo y Cabezabellosa- ,las distintas piezas del ajuar (toallas, camisas, enaguas, manteles...), hasta las Artes Textiles Eruditas, no populares.
Por último, y no por ello menos importante, es el Museo de Caza situado en el Palacio de Mirabel. Fundado el 1 de enero de 1959 por doña Hilda Fernández de Córdoba y Mariategui, Marquesa de Mirabel, en homenaje y memoria de su padre, Joaquín-Fernández de Córdoba y Osma. En sus salas se conservan intactos los trofeos de caza del Duque de Arión, así como su escritorio y un carruaje muy bien conservado.